1º Campeonato BTT Ciudad de Compostela + el primer Compostrail por Alberto
el antes:
Si, yo las vi. Las dos Marías se giraron iluminadas por la luz de la última luna llena del invierno para presenciar lo que perturbó su descanso.
Dice la historia que eran unas incomprendidas revolucionarias Santiaguesas, vestidas con abundantes colores, cuando lo que más abundaba era el blanco y negro, ellas más que distintas, fueron singulares.
Y en lo singular, radica el sentido de toda esta trama nocturna que sucedió el Sábado, que aunque no pasará a la historia, sí que servirá para contar una:
Quedan 29 minutos, cuando corrió Jordi la puntualidad fue británica:
A Jordi le gusta tenerlo todo en orden, por exigencias del guión no pudimos reconocer el circuito. Menos mal, les hubiese sacado una vuelta a todos sus compañeros. Vestido de Caimán, y como siempre y de amuleto, llevaba algo de Valwind, en concreto, calcetines. No fallan, tienen ese toque de magia que nos hace volar, en mi caso por los aires muchas veces y en el de Jordi con su buen hacer encima de una bici. Con este caldo, primer puesto en su categoría y trofeo de chocolate que se llevó a casa.
Casi salimos, ultimo beso antes del siguiente. Es mi parte del premio, la otra parte juega en el palco de la música de la Alameda.
Por fin, entre día y noche me coloco bastante arriba en la salida, flanqueado por los locales del Ultreia y de los Esfola Arrós. Soy el único representante de mi club NSL, nervioso como el día de la Ruta do Lacón 2005
Rugen los motores, chispean las luces y salimos a fuego. Xc con noturnidad y premeditación sobre un circuito semiurbano de 8kms, de 3 vueltas, que para los que fuimos acabaron siendo 4, más una de propina o de reconocimiento.
Mi memoria de pez apenas me deja memorizar una rampa con escapatoria bajando, rampa sin escapatoria y zafando de un cauce para pinzar de delante, escaleras con 45 grados de desnivel, escaleras tendidas, escaleras largas con descansillo, escaleras empinadas con escalones desgastados,escalones, bordillos afilados, otros bordillos, más bordillos, singletracks, slalom entre jardines, curvas, pisteo para rodar, bajar, subir, ahhh y se me olvidaba: bordillos. Especial reseña a estos últimos, rompieron la carrera y dejaron K.O. a más de 50 corredores con reventones y llantazos.
Primera vuelta, me divierto, arengado por mis fans incondicionales en la linea de meta. Es mi turno y no puedo fallar. El poder de la diversión supera al del nerviosismo y al de la presión y me saco de la cabeza el consejo de Jordi: «mira de no caerte, que si no Marina es la única que nos puede llevar a casa si te rompes la crisma».
Intento no arriesgar y sin darme cuenta el primer aviso: el corredor de delante se cae aparatosamente delante de mi en las escaleras de meta. De repente, sensación de miedo, bajo, pero atado. Sólo cruzar la meta, cojo fuerza y me vuelvo como de 11 años, me desprendo de todos los miedos y empieza mi segunda vuelta. Más rápida y más entretenida, sabido ya lo que toca en cada cambio de terreno y de dirección.
Plaga de averías, cuento unas 20 víctimas de los bordillos. La sensación es de que voy rápido, esta vez afronto las últimas escaleras con ganas y adelantando gente incluso. Pierdo la noción de las vueltas que llevo, ahí mi ángel, mi vida, Annabel, sufre contando las vueltas que me quedan. Puffff, me dice 2 todavía, ya sin agua y contando que la tercera era la última abro sin más esperar el gel de Valwind, me lo tomo de un suspiro y bebo la ultima gota de agua del bidón. No puedo abandonar, no existe la palabra abandonar. A mitad de vuelta y donde la rampa artificial, al levantar la primera rueda, también me da un calambrazo bien hermoso. Me salva el gel, minutos después con su chute de glucosa, no sólo recupero, sino que el compañero del Club Btt O Trisquel que venía justo detrás se me queda a rueda diciéndome que no puede pasarme porque llevo muy buen ritmo. Por poco no hago scratch en esta vuelta.
La última, suelto al compañero del Trisquel, lo dejo que se vaya, me despido de el, voy haciendo. ¡Ultima, última!, escucho desde fuera, Annabel no para con las fotos, los niños también pendientes de como me va, se tragan su hambre, su frío, su sueño y continúan animando como locos!. Voy a ritmo de reconocimiento, filtrando errores de trazada o de técnica, de paseo dominical por el parque, con casi 40kms en las patas y de noche, doy por terminada la función. En la zona rodadora, me acuerdo del acierto de llevar maillot largo del Viento del Valle, me hubiese cogido frío sino.
Fena Fena¡ , cruzo meta, justo a tiempo, paro el crono en 01h:44 más la vuelta de propina.
Mi premio me espera: el siguiente beso, el siguiente abrazo de familia. De extra un kebab.
Para los románticos, y para los coaches, puesto 1 en niños de 10/12 años puesto 29 en mi categoría.
Las dos Marías se giran, se vuelven a la posición artificial donde están todos los días del año, el show no ha acabado, pero los singulares, las estrellas de Valwind dejan de brillar por hoy, ya nos vamos y nos volvemos con el ego lleno hasta arriba, con la ilusión del que gana su primera carrera, con la valentía de no haberse rendido nunca, acabando con un brazo sólo si hace falta, con las ganas y el animo de seguir rodando y mejorando y sobre todas las cosas, de divertirse andando en bici o corriendo, que es de lo que se trata ¿no?.
Alberto Fin el Humano… mi Cuore
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