Campeonato de España de Ciclocross 2019 por PIRUCHO PEQUENO
Fecha: 11, 12 y 13 de Enero…Lugar: Illa das Esculturas, Pontevedra…un gran número de aficionados al ciclismo, algún que otro que salió a trotar, dos señoras paseando al perro y otro que bajó a comprar el pan y se encontró con todo el petate, se reúnen en la orilla del río Lérez (en concreto la derecha… o la izquierda.. bueno depende de para donde estés mirando) para disfrutar del mayor evento del ciclocross español, el Campeonato de España del 2019.
Me voy a Galicia a pasar tres días, estoy en la segunda quincena de Enero, con el invierno en todo su apogeo…voy a llevar mi paraguas y mi impermeable, y de paso mis botas de goma que fijo que llueve…..ERROR…tres semanas de solazo, un día de calabobos y otras tres semanas de solazo, esa fue la antesala climatológica de los CE.
Aquel que se aventuró en tierras gallegas esperando correr sobre un circuito ratonero, muy técnico y completamente embarrado, osea lo “typical Galician”, se debió de llevar un palmo de narices. El secreto mejor guardado de los organizadores era un circuito más típico del ciclocross madrileño, levantino o catalán, que de los trazados más norteños. Recorrido plano, aderezado con algún “sube y baja”, rápido, rapidísimo de lo seco que estaba, con sus breves zonas técnicas, pero con un carácter predominante de fuerza. De esos circuitos de meter plato y dejarte los hígados dando pedales.
Quién nos ha visto y quién nos ve, un año atras estábamos enterrados hasta el tobillo en el barro de Legazpi, y ahora nos hallábamos semicongelados en medio del campus universitario de Pontevedra. Temperaturas de bajo cero al 90% de humedad, con nuestra xeada (helada, si estás leyendo esto más allá de los ancares y el courel), tiñendo todo de blanco y dándole una textura crujiente al suelo. Para los Máster 50/60 y Junior, encargados de iniciar el espectáculo las jornadas del sábado y el domingo, el debate no estaba en cubiertas de seco o de mojado…era si conservarian todos los dedos después de correr.
Hace unas semanas divagaba en mi crónica del Campionato de Galicia (no es una errata, en gallego es con “i” y hay que respetar las nomenclaturas y los topónimos, tomar nota Señores del Google Maps) sobre las carreras de un día y la suerte. Los Campeonatos de España fueron otro claro ejemplo de la bipolaridad del azar. En competición nadie te regala nada, nadie (así, repetido, pa enfatizar). Tras cualquier triunfo hay muchas horas de preparación, física y mental. Meses de entrenos y años de trabajo de base apuntando hacia un objetivo concreto. Cuando se logra obtener lo deseado todo merece la pena, ese esfuerzo obtiene su recompensa y nadie es más feliz que uno mismo y los que te han apoyado en todos los pasos que te han llevado hasta allí. Ejemplo son Carlos Canal y Aída Nuño revalidando sus título de Campeones de España. Pero… ¿qué pasa cuando la suerte te roba lo que te mereces?. Has dado todos los pasos, lo has hecho bien, luchado día tras día, superado todos los obstáculos, es día clave, están tan cerca de conseguir lo que quieres que casi lo tocas con los dedos…y en pestañeo todo se esfuma. Una cadena que se sale sin razón, un toque desafortunado con un compañero, un sillín que se baja, una caída entrenando. Reponerse, seguir pedaleando, y una vez cruzada la meta, solo entonces, lamentarse, incluso llorar, no hay nada malo en llorar. Te derrumbaras sobre el manillar, te sentaras en una esquina derrotado, pero no pasará ni un segundo antes de que sientas que alguien tira de ti, esa mano que siempre está ahí para ti. El ciclismo es así, un reflejo de la vida y ya se sabe que la vida no es justa. Pero es posible seguir adelante, volver a empezar las veces que haga falta, no rendirse. Cómo hicieron Iván Feijoo y Felipe Orts, persistir hasta lograr lo que no consiguieron un año atrás, ser los actuales Campeones de España Sub23 y Elite.
Todo aquel que haya presenciado los CECX de Pontevedra ha tenido el inmenso honor de ser testigo del retiro de dos grandes figuras del Ciclocross nacional, Javier Ruiz de Larrinaga, tras 15 años de carrera y 5 títulos de Campeón de España, y de José Simaes, que a sus 69 disputó su última carrera en la misma ciudad donde un día de 1966 todo comenzó. Esta retirada solo supone un final a sus carreras deportivas, ahora se encuentran ante un nuevo comienzo, todos los que amamos este deporte les deseamos lo mejor en esta nueva aventura.
Otro de los momentos inolvidables de los Campeonatos fue la participación por segundo año consecutivo de Borja Gómez bajo los colores de la selección gallega. Criado en el amor y en el respeto, aprendió a dar su mejor esfuerzo, cualquier cosa dificil que es puesta en su camino despierta su coraje y fortaleza. Los héroes existen y no llevan capa… un héroe es un individuo extraordinario que encuentra la fuerza de perseverar y resistir a pesar de los obstáculos…un héroe es Borja Gómez y la pasión que siente por el deporte. Yo elijo no poner “dis” en su capacidad ya que para mí las mayores discapacidad en la vida son el miedo y una mala actitud y Borja carece de las dos. El público lo vitoreó a su paso, se agolpaban sobre las cintas animando y aplaudiendo, la prensa se abalanzó sobre él a su llegada a meta, y cómo no hacerlo, cuando Borja nos recuerda a todos lo mejor que poseemos como seres humanos. Es un ejemplo constante de humildad y superación, por ello se merece todos los reconocimientos.
Hasta aquí mi crónica de los Campeonatos de España de Ciclocross del 2019, me dejó muchísimas cosas en el tintero, pero creo que ya llevo una buena parrafada y quién tiene tiempo libre para leer las divagaciones de una servidora. Para ver el resto de las fotos, hay más, muchas más, pinchar AQUI
Nos vemos muy pronto con las ruedas gordas de por medio, ser felices y cuidaros mucho. Feliz invierno gente.
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