Este pasado fin de semana tocó disputar el Medio Ironman Desafío Islas Cíes, que a pesar de su nombre no tiene nada que ver con dichas islas, sino que se disputa en las afueras de Vigo, con epicentro en la Playa del Vao, frente a la isla de Toralla, reconocible fácilmente por el mamotreto de hormigón en forma de hotel que contiene.

Se acaba el verano y se acaba la temporada de triatlón, de hecho para mí este puso el punto final, tocará hacer balance también, pero hoy vamos a centrarnos en Cíes. Disfruta, disfruta, disfruta. . . olvídate del tiempo. Eso me repetía encima de la bici viendo que las piernas no iban todo lo bien que yo quería. Siempre tenemos una idea en la cabeza antes de empezar, un objetivo, un tiempo que queremos hacer, aunque no lo digamos, está ahí, en tu cabeza. Yo lo tenía, pero no salió, o al menos no del todo, pero tampoco anduvo lejos.

Cuando estás 5 horas seguidas compitiendo es difícil que alguien se imagine que puedas disfrutar, pero hay momentos en los que lo haces, de verdad. Momentos de subidón, animado por el público, los voluntarios o los compañeros, momentos en los que animas tú a otros, momentos en los que ves a compañeros que lo están haciendo bien, y te alegras por ellos. Así que sí, definitivamente se puede disfrutar haciendo un medio ironman.

Eran poco más de las 8 de la mañana y ya estábamos en la playa, como decía al principio se acabó el verano y se notaba, la arena estaba fría, lo que hacía presagiar que el agua no estaría para muchas bromas, pero por suerte en proporción no era para tanto. En cualquier caso eso es algo que al empezar a nadar se pasa rápido. Era un circuito triangular al que había que dar dos vueltas, lo cual, junto a que el agua estaba como un plato facilitaba mucho la orientación a los que todavía nos cuesta.

El circuito de bici se suponía que era muy rápido, y en realidad lo era, aunque creo que no tanto como puede parecer por el perfil o por lo que me habían dicho, apenas tiene ningún descanso y es más un sube y baja constante que un terreno puramente llano. También es verdad que hacía bastante viento y que no tuve el día sobre la bici, yendo a tirones y sin encontrar el ritmo.

La medio maratón final eran 3 vueltas, y que aunque a esas alturas se hacían duras, es donde más cerca puedes sentir los ánimos del público y de los voluntarios, los de los compañeros, cruzarte con ellos o correr juntos, todo eso hace que los kilómetros vayan pasando hasta que estás en la última vuelta y entonces ya empiezas a visualizarte en meta. También da tiempo incluso a posar para algún fotógrafo, que luego estas crónicas sin fotos decentes no son lo mismo.

Como conclusión final no puedo más que estar contento, a pesar de no lograr completamente el objetivo, a nuestra manera conseguí disfrutar, que es de lo que se trata.