II XCO CONCELLO DE OROSO por Pirucho Pequeno
Oroso que rima con caluroso, se dejó sentir en el 2017 y se confirmó en la presente temporada, no va existir una versión de esta carrera en el que no pasemos calor. Se dice que la sartén de Galicia es Panton, porque los que sacan las estadísticas no corren Btt, sí disputaran el II XCO Concello de Oroso les entrarían dudas. Que manera de pasar calor, suerte que las lluvias de la jornada previa fijaron el polvo al terreno, sino, con el sudor y la polvadera, iba ser una croqueta con patas.
Por el resto, todo genial, circuito con muchas novedades, puliendo detalles del año anterior. Lo que más comentarios provocó entre el sector ciclista fue la dureza del trazado, 4500m repletos de subes/bajas, una rampa de subida y luego un cortado, o una subidita seguida de una bajada rápida curveando entre árboles. Ya lo dijo un sabio, hay que saber subir y bajar, o sino te iras a la puta por la arboleda.
Ruego un minuto de silencio por el arbolito que estaba creciendo alegremente en medio de la primera bajada del circuito de Oroso y que ya nunca llegara a dar sombra. Me gustaría escribir que fue una muerte rápida e indolora, pero no fue así, para nada. Resultó herido de muerte tras la salida de M40 (salida, por no decir estampida), y lo remataron el resto de las categorías, además algún que otro corredor se lo comió intentando no comerse a su hermano mayor un metro más abajo.
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La carrera de Oroso es una de esas pruebas con un montaje humilde, un generador, tres carpas y muchas ganas por parte de unas pocos personas para organizar, pero no por ello se merece que se la menosprecie. Sin duda es maravilloso cuando una carrera resulta cómoda, llegar y aparcar el llano, tener sitio para todo y todos, contar con aseos y vestuarios, e incluso un bar cerca donde tomar algo. Pero, en qué momento empezó a importar esto más que la propia experiencia de competir, cuándo fue que una carrera dejó de merecer la pena por el simple hecho que el coche te roce al intentar aparcar, como es que nos volvimos tan sibaritas como para descartar una prueba si tenemos que andar un rato hasta la salida. Yo personalmente me quedo, no con quien tiene más medios, sino quien mejor sabe emplearlos y hacer uso de ellos, ya sean muchos o pocos. En esta temporada, la carrera con el mayor montaje se cerró con dos corredores pésimamente atendidos (o más bien abandonados a su suerte). Ahora llega Oroso, una carrera más modesta, en la que un cadete tras golpear un árbol se lesionó un tobillo, ¿como reacciono la organización?, pues de manera ejemplar, se le asistió, se le inmovilizó y se le trasladó correctamente a la ambulancia. Por tanto, compañeros del Club Ciclista Tambre Bike, personal médico y miembros del comité de árbitros, felicidades y enhorabuena por un trabajo bien hecho, así si se hacen las cosas.
Vale, se tuvo que retrasar la salida de la segunda manga 40 min, ¿y qué más da?, la salud de los ciclistas debe estar por encima de todo. Siempre he admirado profundamente a todos con los que comparto las carreras, tras Oroso también estoy orgullosa de ellos. Tanto participantes como espectadores esperaron pacientemente a que se retomara la prueba, con la calma que se siente al saber que se está haciendo lo correcto, sin perder la sonrisa y sin que decayera el ánimo. Y es que todos formamos parte de la familia del XC
Nuestra siguiente cita con el ciclismo es el Xaxanbike, la primera jornada doble de MiniBtt y XCO, con el Club Ciclista Marín como anfitriones.
Nos vemos muy pronto. Feliz semana
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